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30.1.14

Nemo Lugosi's Dead

Fuera de broma, el viernes  pasado le regalaron a M un pez beta a raíz de una invitación de su profesora para narrarles un cuento a los niños del salón. El caso es que una mamá se decidió por el cuento de Nemo y en un gesto amable pero cuestionable, los dotó a todos de su mascota. Más vale pedir perdón que pedir permiso, reza el dicho. 

En fin. Yo estaba en una junta en el WTC cuando mi esposo me escribe algo así como "Tenemos mascota". ¡¿Qué?! ¡¿Cómo?! ¡¿Por qué?! No tardos ni perezosos fuimos a comprar una decorosa pecera, alimento en bolitas especial para betas, su indispensable neutralizador de cloro y una red que resultó demasiado grande. 

Los niños parecían felices con la nueva adquisición. Muy seria, M lo nombró Nemo y los respectivos apellidos de la familia. ¡Mejor le ponemos Fúchila!, sugirió Papá Oso. ¡No! (seas chistosito), replicó la Osita. Osito se limitaba a decirle "Pepé" del plural "peces".

Long story short, ayer murió inesperadamente. Hace un par de días, noté que no estaba comiendo porque todas las bolitas de alimento parecían intactas. Me puse a investigar en San Google y resulta ser que los "expertos" afirman que son peces que comen muuuuuy poco (dos bolitas al día) y que son extremadamente delicados al tipo de agua, a la temperatura y a los cambios de alimento. Si en el acuario les daban artemias vivas, difícilmente aceptaran hojuelas u otro alimento. 

Argh! ¿Qué alguien me explique? Yo tenía toda la intención de cuidarlo pese a que no soy una persona de mascotas. Mucho menos de peces.

Tuve que deshacerme del pobre cuerpecito de colores. No, no está lindo. Años rehusándome a la responsabilidad de un perro, un gato o una tortuga para que a una persona bienintencionada se le ocurra ¿regalar peces a diestra y siniestra? Dios, ¡qué malagradecida soy, pero a caballo regalado, SÍ se le ve colmillo.

No regales mascotas. En este caso, mejor pide permiso y no disculpas.


29.1.14

She's a Rainbow


Me encanta mi hija. Es graciosa, tierna, curiosa, creativa y sorprendentemente artística. Nunca pensé tener a una personita tan especial por hija. Todos los días me divierte y me hace reír con algún comentario inocente. Le gusta iluminar, jugar, ver películas y comer helado de chocolate. Le encanta Rapunzel, Bella, Aurora y su hermano, a quien le dice "Príncipe" y con quiere casarse. Es una hermosa. Traviesa, rebelde y muy cariñosa. "Te amo, mamita", me dice abrazándome minutos antes de quedarse dormida.




Fulares Diva Milano

No son mis favoritos, pero amo el patrón Veneziano y Merletti. Son diseñados y producidos al norte de Italia en la misma fábrica que le manufactura a Casa Versace y Armani, pero comercializados por Elena desde Rusia. Son costosos, a excepción de la línea Essenza, pues se utilizan materiales de alta calidad, como algodón egipcio y lana de Merino. 

Veneziano Rosa con lana
Son particularmente suaves desde que los sacas de la caja debido a que son sometidos a vapor a penas salen del telar. Las colas son muy marcadas, por lo que lucen mucho y te permiten optar por una talla más chica a diferencia de los fulares cuyos extremos son menos pronunciados. Son bastante anchos, rondando en los 80 cm, lo cual es un plus para los niños grandes pero una piedra en el zapato para envolver a un recién nacido o un bebé pequeño. Su tejido es jacquard y se ofrecen en algodón, lino, seda, lana y recientemente, en cáñamo. Existen varios modelos como Reticella, Veneziano, Barocco y Merletti. Los colores son muy bonitos y vistosos. Mi favorito: Turchese o turquesa. Una desgracia que se haya descontinuado.

Veneziano Canella: el fular café más hermoso que he visto
En casa ha vivido uno de lana (Veneziano Diamante Rosa) y cuatro de algodón: Merletti Turchese, Merletti Canella, Veneziano Canella y un prototipo del Veneziano Rosa, que, dicho sea de paso, era igual a sus hermanos de algodón, pero más costoso. Me pareció una buena opción para reemplazar su equivalente en lana, pero terminé vendiéndolo y recuperando el otro.

Veneziano Rosa, prototipo de algodón
De los cinco, el que más me gusta y que recomiendo ampliamente es el de lana en diseño Veneziano, pues tiene una textura inigualable y la mezcla lo hace verdaderamente cómodo y resistente. Ni siquiera me molestaba lavarlo a mano. Vale cada minuto de tiempo. Y el color es hermoso: un rosa tenue y elegante con hilos de lana en color natural.

Merletti Turchese en tándem con bebé de tres meses al frente y nena de año y medio en la espalda: canguro sencillo atrás y colas en cruz al frente para sentar al pequeño
Sin embargo, el Merletti Turquesa es una delicia. Suave, esponjado y fácil de manejar. Moldeable. Envuelve como mantequilla. Hermoso e ideal para bebés pequeños, aunque en tándem no decepciona. Solo asegúrate de ajustar bien porque tienden a ser saggy; es decir, la tela cede mucho y rebota bastante. No te asombre que las pompis de tu bebé terminen chocando con las tuyas en un amarre a la espalda. Sí, muy gracioso. De hecho, en la siguiente foto (cortesía de mi amiga Petite), puedes ver cómo mi niña no puede ver por encima de mi hombro pese a que siempre procuro que lo haga.

Tándem con Diva Milano
En México, puedes conseguirlo con Yendi Gómez, quien es la distribuidora oficial de Diva Milano México (búscala en Facebook) o puedes pedirlo directamente en su tienda en línea. 

Veneziano Canella: ¡Whisky!
¿Desventajas u oportunidades de mejora? Las etiquetas que marcan la parte central o middle markers están cosidas con las patas. Casi siempre vienen sueltas y a punto de caerse. Son costosos innecesariamente. Desde mi punto de vista, hay mejores opciones por el mismo precio (alrededor de 200 dólares más envío) como los fulares Pavo Textiles en su línea Form, Oscha Slings e incluso fulares Didymos. Cargan y envuelven muy similar a los Kokadi por casi el doble de precio, aunque se llevan un premio en cuanto a diseños y elegancia. Sí, son muy vistosos y te harán sentir cual diva.

Merletti Turchese: me costó casi un hombro encontrarlo, pero una hermosa mamá estadounidense me lo vendió a precio. Lo cambié por un Veneziano Turquesa, pero tras un año de espera, lo dimos por perdido (insertar carita triste)
Nota: Agradezco a mi amiga Petite por las fotos del tándem, tomadas el día del bautizo de mi chaparro.

24.1.14

Update

¡Mea culpa! Ando en otro rollo: traducciones e hijos, básicamente. Pero en cuanto regrese de mis vacaciones mentales, me pondré al tanto con una publicación sobre fulares de lino y otras maravillas. También debo poner manos a la obra en la edición de videos y más recursos para las mamás porteadoras que me siguen. 

Les adelanto que esta semana me tocó ir a contar un cuento a la escuela de M. Sin mucho pensarlo, me aventuré por La leyenda de San Jorge pensando que su formato pop-up me ahorraría tiempo en ilustraciones y demás. En cuanto terminé me di cuenta de que el registro no era ideal para niños de Jardín, pero ellos son tan inteligentes y atentos que después de todo me agarraron la onda del cuentito feliz. 

En una hora, me encaminaré hacia el WTC donde tengo una entrevista laboral que promete abrirme otras puertas y ventanas. Gracias a Dios, trabajo en casa. Eso me consuela tomando en cuenta la altísima demanda de atención del pequeño J.

¡Hasta pronto y nos seguimos leyendo!

9.1.14

2014

Esta semana ando totalmente desorientada. No sé si vengo o voy. Si es lunes o miércoles. ¿Segunda o primera semana? ¿8 ó 10? Ya estamos en el 2014. Volver a acostumbrarme a otro año me tomará medio. 

Insomnio

¡¿Qué es eso?! ¡Caramba! Yo que estaba durmiendo taaaan bien. ¿Será un coche o una casa? ¡No manches! Además un perro. No, son dos. ¿O tres? No puede ser! ¿Qué hora son? (Busco a tientas mi iTouch entre colchas, niños y almohadas) 3:12 am. Del nabo. (Empiezo a divagar entre ladridos y una ruidosa alarma) ¡Qué buena estuvo la cena de Navidad! Un año más para volver a comer spaguetti de mi madre. ¡Qué tortura! ¿Qué haré en el día? Pues sí, correo y comprar comida. Tál vez unas playeras para M. ¿Qué le pasó a esa persiana? ¡Condenado chaparro! Chris bien a gusto. Nada lo despierta. (Risas contenidas) ¡Qué pex! ¿A qué hora piensan callarse esos perros? ¿De quién será el coche? ¡No puede ser! 3:40 Odio los perros. Odio las alarmas. A ver qué hay en el swap. Nel, ya no me prende. ¿Qué soy dark winter? No me sorprende, siempre me quedan esos colores. Nada nuevo, pero bueno confirmarlo. Quiero una blusa azul. ¿Qué le toca de lunch a M? Híjole, se me olvidó revisarlo. Awww, qué bonita mi chapis. Su boquita. Parece un chupón. Y el güerito. ¡Qué niño! ¿Ya? ¿Así no'más? ¿Por qué siguen ladrando? No, bueno. Como diría Venancio, ¡la cosa es chingar!